BBVA: «En la perspectiva global, Uruguay está siendo un oasis»

BBVA: «En la perspectiva global, Uruguay está siendo un oasis»

En una entrevista con el diario uruguayo El país, Alberto Charro, presidente del BBVA en uruguay, dijo que el efecto del COVID en la economía «es menor que en otros países» y que el banco prevé una caída del PBI uruguayo del 3,1% con una recuperación casi igual el próximo año.

A continuación, reproducimos la mirada sobre lo que pasa en el país vecino, de la voz de un experto.
—¿Cómo ve la situación generada por el coronavirus en la economía en Uruguay?

—Visto desde la perspectiva global, Uruguay está siendo un oasis en este tema. En Uruguay estamos afectados, pero si miras en el resto del mundo y tienes que elegir un país donde pasar el coronavirus desde el punto de vista sanitario y económico, es muy difícil encontrar uno donde puedas decir que vas a estar mejor. Dentro de la gravedad de la situación, son buenas noticias.

—¿Por qué cree que Uruguay es ese país donde alguien elegiría pasar?

—Se debe a varias circunstancias. Puede haber un factor suerte, pero si se mira en detalle, las decisiones que se han ido tomando tienen muchísimo que ver con la situación que tenemos. El gobierno tomó medidas desde el punto de vista sanitario casi antes que muchos países europeos. Las medidas de cierre de fronteras, prohibición de actos masivos, etc., reconozco que había que tener coraje para tomarlas cuando apenas había infectados en el país. Esas medidas han podido salvar muchas vidas. Para salir de la crisis es muy importante que el efecto de la epidemia sea escaso y corto y de momento se está consiguiendo que sea escaso. La primera parte es que el número de fallecidos sea bajo y en eso Uruguay es de los mejores del mundo. La segunda parte es seguir manteniendo bajo el nivel de fallecidos y empezar a sacar al país del aletargamiento económico en el que estamos. En Uruguay no ha habido una paralización como en otros países. Esas medidas son las de liquidez y se han tomado con la bajada de encajes y que en las prórrogas de los créditos no era necesaria la recalificación de los clientes, las medidas del sistema de garantías. Eso ha sido muy bueno y ha dado bastante oxígeno. Lo que queda ahora es quizás lo más difícil, que es gestionar sobre la marcha e ir abriendo las perillas como dicen.

—¿Qué proyecciones manejan para la actividad?

—La caída está siendo menor que en otros países. Nosotros tenemos una previsión de caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,1% este año, hay economistas que dicen que puede llegar a 5%, pero nada que ver con las caídas que se están planteando en Europa. En ese sentido, está menos mal que en otros sitios. La estructura económica de Uruguay también está ayudando, porque es un país muy basado en la exportación de materias primas con lo cual ha tenido menos cortes de cadenas de suministros de las que ha podido haber en otros países más industriales y dentro de las materias primas está dentro de las que menos están sufriendo con esta pandemia. Porque no está en el petróleo o el cobre, que dependen de la producción industrial. Uruguay es importador de petróleo, pero todavía no se ha beneficiado de la baja de precios del crudo porque Ancap tiene una política conservadora de cubrir los precios, por lo que si los precios del crudo siguen bajos durante un tiempo y así parece, en algún momento empezaremos a notar eso en los costos en Uruguay. Por lo cual en términos relativos estoy muy optimista respecto a la salida en Uruguay, para el año próximo pronosticamos un crecimiento de 3%. Habrá que trabajar en el tema del desempleo, que se elevará en forma temporal.

—Hablaba de las medidas para asegurar la liquidez, ¿cuántos clientes optaron por aplazar pagos de créditos y en qué montos?

—Nosotros no somos una muestra del mercado porque tenemos un sesgo hacia clientes de una cierta solvencia, por razones de posicionamiento de marca, por criterios de riesgo que tenemos en todo el grupo y porque no tenemos una gran financiera. Eso influye. Estamos viendo resiliencia en nuestros clientes. Hemos dicho a los clientes que nos soliciten la prórroga, no lo hemos hecho de forma universal porque conocemos el perfil de nuestros clientes y porque tenemos que ser solidarios y mantener los cartuchos para quien lo necesita. Al 12 de mayo en familias (hipotecas, autos, consumo) recibimos 6.361 solicitudes de refinanciación que en volumen representan el 18% de la cartera, habiéndose ya atendido el 89% de las solicitudes. Eso es en el entorno de US$ 70 millones. Son cifras muy razonables. En tarjetas estamos en cifras muy inferiores, en torno al 2% solicitaron prórrogas. En empresas, el 5% de nuestros clientes pyme con deuda solicitaron reperfilarla (equivalentes al 2% de las pymes totales clientes del Banco), representando un 14% de la cartera de créditos a pymes. En las grandes empresas, algo más del 2% de las mismas nos solicitaron reperfilar deuda, representando algo menos del 10% del total del créditos a empresas. El total en empresas está en el orden de US$ 150 millones.

—El presidente de la Asociación de Bancos Privados, Horacio Correge decía en entrevista con El País que los bancos tienen un rol para jugar en la salida a la crisis, pero que no veía demanda por nuevos créditos, ¿ven que las medidas son suficientes para que fluya el crédito?

—De momento está siendo suficiente. Nosotros en abril hemos seguido creciendo en créditos a familias, como en pymes y en otras empresas. En familias hemos tenido incrementos en todas las líneas: autos, hipotecas, consumo, salvo en tarjetas donde ha decrecido. En empresas y pymes hemos seguido creciendo en cartera de préstamos, levemente. No hay una retracción del crédito. Estamos ampliando líneas de crédito a empresas que ya tenían proyectos y estamos de hecho desembolsando fondos nuevos. Lo que sí está parado son los proyectos nuevos.

—¿Para empresas grandes, haría falta un fondo similar al que ya existe en el Sistema de Garantía (Siga) para pymes? El gobierno trabaja en ello.

—Sería bueno porque gran parte de la cadena de pagos se inicia en empresas grandes. Entonces, de nada sirve dar liquidez a las pymes y a las pequeñas, si luego se nos rompe el juego por arriba. Hace falta, sí, ¿hay que ir a porcentaje de cobertura tan grande (Siga cubre 80% del crédito)? No es necesario. Con los ratios de cobertura que el gobierno decida, que siga haciendo las cosas como hasta ahora que son muy sencillas, que no nos compliquemos con herramientas que requieran un montón de condicionantes para ver si se puede o no utilizar.

—¿El riesgo se evalúa distinto?

—Estamos abiertos y estamos haciendo una labor comercial proactiva. El sistema financiero en esta crisis está en una situación infinitamente mejor que en 2002, pero lo que tiene sentido es gastar esa potencia en apoyar los proyectos que sí tienen viabilidad. No se trata de utilizar los recursos disponibles, que siempre son escasos por definición, en financiar “muertes lentas”. Hay que dedicarlo a empresas que están bien gestionadas.

El sistema bancario en esta crisis, está infinitamente mejor que en 2002”.