Antes del Mercado. Sólo los emergentes pueden regalar un 10% al inversor

Sus buenas previsiones económicas y sus atractivas valoraciones en comparación con los mercados desarrollados les auguran un buen año en bolsa,  siempre que la inflación americana no les agüe la fiesta.
Cuando el 8 de noviembre de 2016 los estadounidenses decidían que Donald Trump sería su presidente no hubo informe de gestora o banco de inversión que no identificara a los mercados emergentes como los que estaban llamados a ser los grandes perjudicados. Al fin y al cabo estos mercados, y sobre todo sus economías, no solo se enfrentaban a un escenario en el que se preveía una fuerte apreciación del dólar al calor de lo que se bautizó como Trumpconomics, sino también una fuerte caída en los beneficios empresariales de muchas compañías emergentes si Trump cumplía, si no todas, sí gran parte de sus amenazas proteccionistas que se englobaron en su famoso America First.
Sin embargo, ya se sabe que son más las promesas electorales que no se cumplen que las que sí lo hacen y en un contexto en el que el dólar no solo no se ha apreciado sino que ha caído con dureza con respecto a sus principales cruces -divisas emergentes incluidas- y en el que las economías emergentes han seguido creciendo al calor de las reformas de sus Gobiernos y de un control inflacionista, los mercados emergentes han ocupado los primeros puestos en rentabilidad tanto en el ránking de renta fija como en el de renta variable. Un buen comportamiento que esta vez no se han perdido los inversores ya que, según los datos de Morningstar, en 2017 los fondos de renta variable emergente a nivel mundial -no se incluyen los fondos que invierten en una bolsa emergente en concreto- consiguieron suscripciones netas por valor de 71.606 millones de dólares, máximo desde el año 2010, mientras que los fondos de renta fija emergente cerraron el año con entradas récord de dinero de 86.270 millones de dólares. La duda está ahora en si este año pueden volver a dar la sorpresa y seguir regalando rentabilidades de dos dígitos a sus inversores. Los expertos lo tienen claro cuando responden que «sí»; tanto que, según sus previsiones, la inversión en bolsa emergente es la única que puede conseguir este año rentabilidades superiores al 10 por ciento.
Por ejemplo, desde AXA IM prevén que el mercado europeo avance este año un 7 por ciento mientras que la expectativa es que los emergentes lo hagan en tasas del 10 por ciento. Y eso a pesar de que son muchos los gestores que reconocen que las valoraciones de estos mercados están hoy mucho más ajustadas que en el pasado, aunque, y de ahí sus optimistas previsiones, no tanto como lo están en otros mercados más desarrollados. «Las valoraciones ya no están baratas. Tanto los ratios de precio/valor en libros como los PER están por encima de la media histórica, aunque si lo miramos en relativo frente a otros activos, siguen atractivas.
«El índice MSCI Emerging Markets cotiza a un PER futuro de 12,8 veces, un descuento del 24 por ciento sobre el MSCI World», aseguran desde la gestora Schroders. Además de las valoraciones atractivas en comparación con las de los mercados más desarrollados, desde el servicio de estudios de Bankia se apoyan en otros dos aspectos para justificar su positiva visión sobre los mercados emergentes. «Las divisas emergentes todavía se encuentran infravaloradas frente al dólar y el diferencial de crecimiento respecto a las desarrolladas podría ampliarse, lo que tradicionalmente se ha traducido en una diferenciación positiva en materia de valoraciones», afirman. No en vano, para este 2018 se espera una sincronización del crecimiento mundial que, según las estimaciones del FMI, dejará este ejercicio como el año con el menor número de la historia de países en recesión -solo 6 sobre un total de 191- y en esa previsión incluye un crecimiento del 6,5 por ciento para las economías emergentes de media, frente al 2 por ciento que estiman de media para las más desarrolladas.
El mayor riesgo no vendrá de China
Sin embargo, las buenas perspectivas que hay con respecto a estos mercados no están ni mucho menos exentas de riesgos. Uno de ellos es, además, el mismo que ha tenido en vilo a los mercados occidentales en los últimos años, el geopolítico. «2018 será un año con muchos procesos electorales en los países emergentes: en Sudáfrica, la ANC debe empezar a buscar un nuevo líder; en marzo y mayo respectivamente, Rusia y Colombia celebrarán elecciones presidenciales, Indonesia ha planeado comicios locales en junio. Además, habrá elecciones generales parlamentarias en México -julio-, Malasia -agosto-, Brasil -octubre- y Tailandia -noviembre-. Los comicios en México y Brasil podrían causar alguna convulsión», recuerdan desde Bank Degroof.
Pero el geopolítico no es el mayor riesgo al que se enfrenta quien hoy juegue la carta de la bolsa emergente. Ni siquiera lo es la situación económica de China, que debe seguir demostrando que es capaz de contener su abultada deuda sin que eso tenga impacto en su crecimiento ya que, según recuerdan desde Bank Degroof, una caída del 1 por ciento en el crecimiento de China supone una caída del 0,25 por ciento en el crecimiento económico global». El mayor riesgo llegará de EEUU. Al menos, esa es la conclusión de una reciente encuesta realizada en Londres por Bank of America Merrill Lynch a inversores institucionales -ver gráfico-.
En concreto identifican un alza significativa de los precios de los bonos estadounidenses, que por cierto tienen a China como su mayor tenedor, como el mayor riesgo al que se enfrenta el mundo emergente, ya que ese repunte sería consecuencia de un aumento de la inflación mayor al esperado lo que «podría resultar en alzas súbitas de los tipos de interés por parte de la Fed», explica James Donald, gestor de renta variable de Lazard AM. «Si la inflación empieza a superar el objetivo, es probable que la Fed elevase los tipos cuatro veces en 2018, y no las tres veces que está esperando el mercado. Si el Banco Central Europeo y el Banco de Japón también empiezan a elevar los tipos en el momento en que la expansión del balance del banco central se vuelva negativa -actualmente se espera que en torno a octubre de 2018-, no se estará compensando a los inversores en renta fija por los riesgos, la volatilidad se elevará y el segundo semestre de 2018 podría ser mucho más difícil para los mercados», advierte Robert Michele, CIO y responsable del equipo de Renta Fija Global, Divisas & Materias Primas de JP Morgan Asset Management. Quien más notaría ese viraje en la política monetaria sería el inversor de renta fija -ver páginas 24 y 25- con especial protagonismo de quien tenga bonos emergentes, que sufrirían además la apreciación del dólar que un aumento de tipos de la Fed acarrearía. Pero la renta variable también podría quedarse tocada al descontar un crecimiento económico, y sobre todo empresarial, menor que el esperado.
Ante la posibilidad de que éste u otro riesgo se materialicen en el corto plazo, los mismos expertos que recomiendan la inversión en bolsa emergente aconsejan también ser muy selectivos. «Estamos cómodos con la exposición a emergentes pero hay que ser selectivos, ya que será un año en el que no valdrá todo», advierte Ignacio Perea, director de inversión de Tressis Gestión. «Es crucial riguroso. Me centro sistemáticamente en identificar empresas con modelos de negocio sólidos para conseguir la máxima rentabilidad. Las oportunidades más atractivas son los líderes del mercado en sus respectivos segmentos que pueden generar beneficios y flujos de efectivo constantes», defiende Nick Price, gestor de Fidelity especializado en mercados emergentes. Una recomendación que, no obstante, se extiende también al resto de mercados bursátiles, ya que el impacto de un cambio brusco en la política monetaria de la Fed también dejaría a las bolsas occidentales muy resentidas «Si hay corrección se verá en todos los mercados y no solo en los emergentes ya que estos ya no sobre reaccionan tanto como en el pasado y no hay tanta descorrelación con los desarrollados, ya que sus compañías operan a nivel global», afirma Fernando Luque, editor en España de Morningstar. Opinión que vuelve a poner de manifiesto lo que siempre repiten los expertos: hoy en día, quien quiera disfrutar de rentabilidades atractivas está obligado a asumir riesgo.