A consecuencia de la guerra comercial, China sufre fuga de capitales de us$4.026 M

Los nuevos aranceles de Estados Unidos ya dañan a la economía china. Cuando el presidente norteamericano, Donald Trump, anunció otros 200.000 millones de dólares en gravámenes, las Bolsas fueron las primeras en tomar el pulso al conflicto arancelario. Salieron perdiendo, tanto en Wall Street como en Londres, Madrid, Franckfurt…

Sin embargo, un efecto más silencioso se estaba fraguando: China ha sufrido en diez días una fuga de capitales de 4.500 millones de dólares (4.026 millones de euros), según datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).

Los inversores mantuvieron la cautela hasta el 10 de mayo, cuando entraban en vigor los aranceles, a la espera de que Trump diera marcha atrás. Al no hacerlo, iniciaron una retirada de dinero de 2.500 millones de dólares hasta el 13 mayo. Fue entonces cuando Pekín respondió con más impuestos a productos de EE.UU., lo que terminó por alertar a los inversores. Este pasado martes salieron de China 1.500 millones de dólares.

«El impacto se da como un termómetro de cómo el mercado está viendo el futuro inmediato de la economía China», dice Jonathan Fortun, economista del IIF. Sin embargo, desde la institución consideran que el país tiene suficientes mecanismos –especialmente fiscales– para contrarrestar esta tendencia.

Por el momento, no se atreven a vaticinar hasta dónde llegará la fuga de capitales. Es pronto para saberlo, aunque ya está contagiando a otros territorios. Las economías emergentes en su conjunto han sufrido la mayor salida de capitales en siete meses (mil millones), empujadas por las retiradas en China, Taiwán (2.100 millones de dólares), Corea del Sur (1.200 millones) y Brasil (1.100 millones).

Esta situación, incluso, recuerda a la vivida en agosto de 2018 con la crisis de la lira turca. Entonces se retiraron 600 millones de China por temor a un colapso en los países emergentes; ahora la cuantía es más de siete veces mayor.

Desinversiones

El efecto contagio causa la mayor retirada de dinero en las economías emergentes en siete meses