La agenda externa suma puntos de tensión por el caso de Nicaragua y antes del nuevo viaje del Presidente

La agenda externa suma puntos de tensión por el caso de Nicaragua y antes del nuevo viaje del Presidente

En la previa del viaje de Alberto Fernández a Moscú, donde se encontrará con el presidente ruso Vladimir Putin, se tensa cada vez más la relación entre Estados Unidos y Rusia. El presidente Joe Biden advirtió este miércoles que considera posible un «avance» de Rusia hacia Ucrania, pero advirtió que Moscú pagará un alto precio por una eventual invasión.

Alberto Fernández mantendrá un encuentro bilateral con Vladimir Putin el próximo 3 de febrero en Moscú. La Casa Rosada informó que se trata de «una reunión bilateral que estaba pendiente y versará sobre la colaboración en vacunas». Además, según se comunicó, Fernández y Putin conversarán sobre temas vinculados a «inversiones y colaboración en ciencia y temas de interés común«.

Luego de la escala en Rusia, Fernández se encontrará con Xi Jinping en China, otro país que mantiene una relación tensa con Estados Unidos.

Las señales inesperadas en el frente externo se han sucedido en los últimos días. En plena negociación con el Fondo Monetario Internacional, el canciller Santiago Cafiero viajó a Washington en busca de apoyo de Estados Unidos en las tratativas por la deuda.

Cafiero se reunió con Antony Blinken, el secretario de Estado de la administración de Joe Biden. El funcionario estadounidense, además de recomendarle al Gobierno argentino elaborar un “plan de política económica sólido», planteó la necesidad de «apoyar las democracias y los derechos humanos en las Américas y más allá”.

Ese planteo vinculado a la situación regional se produce luego del caso de Nicaragua. El Gobierno estadounidense manifestó preocupación respecto a la participación de Mohsen Rezai -acusado por el atentado a la AMIA- en la asunción de Daniel Ortega, acto que la Argentina avaló con la presencia de su embajador en Nicaragua, Daniel Capitanich.

El Gobierno buscó ayer mismo dar una señal de cuestionamiento a la actitud ratificada por el régimen de Daniel Ortega. Condenó en el ámbito de la OEA la posición de Managua y reiteró que la presencia de Rezai en Nicaragua constituyó una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del atentado a la AMIA.

El comunicado de la Cancillería sonó como un mensaje directo a Washington. Casi en paralelo, se registraban nuevos datos de otro foco de creciente atención mundial: la tensión entre Rusia y Ucrania. Es un tema que inquieta a algunos funcionarios del Gobierno con mirada internacional, en la perspectiva del próximo viaje del Presidente.

Biden dijo no creer que el presidente Vladimir Putin quiera una guerra, pero advirtió que el líder ruso ha creado una situación que está resultando extremadamente difícil de calmar y que fácilmente podría «salirse de control» en la región.

El presidente de Estados Unidos se refirió al tema de Ucrania durante una conferencia de prensa que marcó su primer año en el cargo, prediciendo una «incursión menor» de Rusia para poner a prueba a Estados Unidos.

Con más de 100.000 soldados y maquinaria bélica apostados en las fronteras de Ucrania, Moscú ha enviado alarmas a Occidente por su amenaza a Kiev.

Biden advirtió a Moscú sobre una invasión total: «Nuestros aliados y socios están listos para imponer costos severos y daños significativos a Rusia y la economía rusa».

«Si realmente hacen lo que son capaces de hacer con la fuerza que han concentrado en la frontera, será un desastre para Rusia», afirmó Biden a los periodistas. «El costo de ir a Ucrania en términos de pérdida física de vidas, para los rusos (…) va a ser grande», remató.