338.000 empresas y 2,8 M de trabajadores atendió el ATP

338.000 empresas y 2,8 M de trabajadores atendió el ATP

El programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) asistió a 338.000 empresas durante las primeras seis rondas.

Así, el ATP abarcó al 60% de las empresas del país, y también asistió a 2,8 millones de trabajadores, con el pago del Salario Complementario.

En consecuencia, el Ministerio de Desarrollo Productivo subrayó que se trata de una «herramienta fundamental» para preservar el capital organizacional y los puestos de trabajo.

El Gobierno dio a conocer la semana pasada las adecuaciones que el programa tendrá a partir de noviembre.

Sectores críticos

Los cambios apuntarán a permitir focalizar la ayuda en aquellas empresas de sectores críticos, aun  seriamente afectadas por la pandemia.

El Gobierno destacó que las empresas en ramas no críticas que estuvieron sin facturación o con la mínima, pasaron de 23% en abril a solo 8% en agosto.

Indicó que esto contribuyó a tomar la decisión de adaptar el programa a esa realidad.

Así, Desarrollo Productivo consideró que “dado este marco, y tras seis meses de ATP, resulta necesario revisar los criterios del programa”.

“De forma tal de poder concentrar los esfuerzos fiscales en aquellos sectores donde aún se observan niveles de actividad muy alejados de aquellos observados en la prepandemia”.

Por eso se definió “continuar con la asistencia revisándola de forma tal que el gasto público involucrado en este programa permita maximizar su impacto”.

Esto, “en términos de la preservación del capital organizacional de las firmas y los puestos de trabajo”.

La cartera que conduce Matías Kulfas remarcó que más allá de la asistencia a estas 338.000 empresas, “la recuperación ha sido profundamente heterogénea”.

Y precisó que “mientras la industria y el comercio han tenido un repunte muy significativo, ramas como turismo, gastronomía, cultura, deportes o esparcimiento continúan muy afectadas”. En consecuencia, sostuvo que “resulta relevante observar la distribución de las firmas en sectores críticos y no críticos según su variación de la facturación real”.