Le sobran miles de monedas al BCRA y las ofrecen a los comercios

(Perfil) – Son las dos caras de una misma situación: hace un lustro, tener monedas en el bolsillo era fundamental para poder viajar en colectivo en la zona metropolitana, y la gente hacía de todo para conseguirlas.
Hoy, tras la masificación del uso de la tarjeta SUBE para el transporte público, y tras una década de alta inflación que volvió inútiles las bajas denominaciones, el Banco Central acumula enormes cantidades en tambores de 100 mil unidades de 1 y 2 pesos que saldrá a distribuir directamente a empresas y cámaras de comercio que así lo soliciten. Si bien seguirá entregando también unidades en el circuito formal de bancos, intentará facilitar el acceso de los que todavía necesiten el cambio.
“El BCRA dispone de gran cantidad de monedas de estos valores, cuya demanda se redujo en forma sensible en los últimos años, en particular a partir de la utilización de la tarjeta SUBE en el ámbito del transporte metropolitano”, indicaron en el ente monetario a través de un comunicado. Allí se informó la puesta en marcha de este plan de distribución directa de monedas a todas aquellas empresas o cámaras que se contacten con la entidad y transfieran electrónicamente el monto por el que quieran recibirlas.
El cambio de patrón de la desesperación al desdén por las monedas se ve en los números: entre entre 2009 y 2011 se volcaron al mercado unos 403 millones de monedas de $ 1, mientras que en los últimos tres años, con la SUBE en pleno funcionamiento, se inyectaron solamente $ 130 millones. En 2011 había en la calle 6.900 millones en monedas, mientras que ahora suman 8.200 millones, pero el grueso está sin usar.
«No sabemos qué hacer con ellas», había dicho hace un año el propio Federico Sturzenegger.
“Hoy, el circuito tradicional de las monedas ya no existe”, explica Néstor Morena consultor en transporte de caudales. “Antes, los colectivos, el subte y los trenes eran los recaudadores naturales del cambio con el que posteriormente se abastecían los comercios y grandes supermercados, y también podían recuperar los bancos”, explican en otra compañía.
Pero con la implementación de la tarjeta SUBE, con la que se pasó a pagar el viaje en colectivo, tren y subte, la ecuación cambió. Un colectivo, en todo su recorrido, obtiene como mucho $ 100 en monedas, mientras que antes esa suma ascendía a $ 2 mil.
“Si bien la expansión de los medios electrónicos de pago impulsada por el BCRA tiende a reducir el uso del efectivo, este mecanismo de distribución directa facilitará la llegada de las monedas a aquellos circuitos comerciales donde son requer idas”, indica el Central, que ya cerró convenios, por ejemplo, con el Correo Argentino y con los super de Cencosud.