Por estímulos al gas, las petroleras recibieron $ 43.000 millones en 2016

(Ambito Financiero) – El incentivo a la producción de gas implicó transferencias del Tesoro a las petroleras por $43.073 millones en 2016, acumulando desde 2013 $72.500 millones, y la tendencia se consolidó en el primer trimestre de este año, transformando al Plan Gas en el ítem con mayor peso en los gastos corrientes para la energía: 53%.
Por otra parte, el mantenimiento de un precio sostén para el petróleo, superior a la cotización internacional, representó transferencias desde los consumidores hacia las empresas productoras por u$s 6.500 millones entre 2015 y 2016.
Los datos surgen de un estudio del Centro de Estudio de la Regulación Económica de los Servicios Público (CERES) de la Universidad de Belgrano, en el que también se indica que aun con el estímulo, la producción de gas sigue siendo la misma que en años anteriores y la inversión incluso se redujo, cayendo la cantidad de pozos de exploración (-39%) y de desarrollo (-9%) en la última comparación interanual.
En cuanto a la producción de petróleo, la caída fue del 5% en 2016 y del 7% en el primer trimestre. Según Alejandro Einstoss, director del CERES, la política de precios de la energía del Gobierno es «errática, costosa e ineficiente».
Detalló que «desde 2013, las inversiones se concentraron en la producción de recursos no convencionales, representando u$s11.190 millones, mientras que los subsidios del Plan Gas ascendieron a 6.726 millones,
el 60% del monto invertido». Añadió que «en particular du-rante 2016, se subsidió la producción de gas en un monto equivalente a toda la inversión anual realizada en la producción de hidrocarburos, incluida Vaca Muerta, por un monto de u$s2.900 millones».
También sostuvo que «la implementación del barril criollo, desde diciembre de 2014, implicó para los consumidores argentinos pagar los combustibles más caros de la región, con efectos macro y microeconómicos relevantes en costos logísticos, el nivel general de precios y el presupuesto de las familias».
Indicó que la caída de la producción «nos pone a las puertas de comenzar a importar cantidades crecientes de petróleo crudo para cubrir la demanda local». Einstoss consideró que «incentivos discrecionales de precios por sí solos no parecen suficientes para incentivar la inversión, si no se acompañan del diseño de una política pública y de planificación energética en el marco de acuerdos amplios». También opinó que «alinear los precios internos a los internacionales y terminar con el barril criollo y el Plan Gas podría ser un primer paso».