Intentos para impulsar la demanda y el consumo

(Perfil) Economistas aseguran que ya empezó una fase de repunte en la demanda, que se consolidará a mitad de año. Advertencia: parte de la suba de sueldos irá a pagar deudas.
Los datos de recaudación del IVA durante mayo, que creció 34% –siete puntos por encima de la inflación– terminaron de convencer a los economistas de que el consumo está entrando en fase –finalmente– de recuperación. Y algunos sitúan el pronóstico inequívoco de repunte hacia julio, aunque otros mantienen los reparos.
“Claramente el descenso de inflación es positivo con respecto a la evolución de salarios, es decir, con mejores registros de inflación va a mejorar el poder adquisitivo real”, según Gabriel Zelpo, economista jefe de la consultora Elypsis. “También hay que tomar en cuenta que los meses de mayo, junio y julio son aquellos en los cuales aumentan los sueldos” profundiza Zelpo.
Desde la consultora Orlando Ferreres y Asociados entran en más detalles sobre esos aumentos, y explican que “para julio se espera un rebote de consumo muy fuerte, porque llega el aumento que se arregló en abril y mayo y que se va a pagar en junio, y entonces en julio, cuando se cobre el medio aguinaldo, se va a reavivar el consumo”, pronostica Ferreres.
Si bien el Gobierno muchas veces contrastó la importancia que se le daba al factor consumo antes, s acrificando la estabilidad de la economía a largo plazo, el Gobierno apuesta a un repunte del consumo en la segunda mitad de 2017. En especial, luego de un año donde se terminó con un rojo del 4,7% en ventas de los productos de la canasta básica –alimentos y bebidas, artículos de tocador y limpieza–, según la medición de CCR, la consultora especializada.
Sin embargo, hay una corriente que pide prestar más atención a los factores de deuda en los hogares. “A fin del año pasado hubo medio aguinaldo y se pagaron bonos de planes sociales, pero no se vio un repunte del consumo”, explica Daniel Arroyo, experto en políticas sociales y referente del Frente Renovador.
Deudas. Según Arroyo, más allá del efecto de un posible descenso en el nivel de inflación para la segunda mitad del año, tanto el año pasado como éste las familias, particularmente en los cordones de la provincia de Buenos Aires, tomaron una gran cantidad de deuda.
El principal componente de esa deuda viene de la economía informal, y los aumentos en ingreso percibidos a fin de año fueron a tapar esas deudas, y en primera instancia un porcentaje importante de los aumentos venideros en los próximos meses iría a tapar deudas restantes o nuevas. Es decir que, a pesar de que los aumentos por medio aguinaldo y bonos tengan efecto a partir de los próximos meses, el consumo familiar va a estar condicionado por el año y medio de endeudamiento acumulado.
Otro factor a tomar en cuenta es el peligro que presenta la política monetaria para una activación económica, incluyendo una activación del consumo. “Es muy difícil simultáneamente bajar la inflación y reactivar la economía, en algún momento una de las cosas tiene que bajar”, según el presidente de la consultora Macroview, Rodolfo Santangelo.