"Francisco se presenta como un líder antisistema"

"Francisco se presenta como un líder antisistema"

Su obra está inaugurando un perturbador pero necesario revisionismo histórico sobre los años 70, un período que fue largamente manipulado por la política. Pero además se ha hecho un experto en la vida y en la obra del papa Francisco , al que le ha dedicado dos libros muy interesantes. Se llama Marcelo Larraquy y a su vasta experiencia como periodista le añade ahora su oficio como historiador. En esta entrevista, que se realizó antes de la resonante discusión por la despenalización del aborto, asegura que el papa Francisco es un líder antisistema y analiza las equivocaciones tácticas del Gobierno para con el Vaticano.
Sigue el tema del Papa produciendo grandes controversias y misterios.
-Bergoglio siempre confrontó con todos los líderes políticos del país: De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Cristina y, ahora, con Macri . Antes la pelea discursiva era mucho más profunda porque él estaba en la Catedral; entonces en cada homilía hacía comentarios y era crítico de la crispación social, la tendencia de homogeneización del kirchnerismo, etc. De hecho, los Kirchner lo consideraban una figura política de la oposición. Ahora se da una situación distinta: el Papa se instala en Roma, y si bien no habla expresamente del Gobierno, tiene algunas líneas que marcan una diferencia conceptual con Mauricio Macri. Es un problema de mensaje y también de formación. Porque Francisco es un papa que proviene de la «teología del pueblo», ligada al peronismo. El grupo de curas que lo elige a él provincial de los jesuitas, como titular de esa orden, apoyó el regreso del general Perón. El único límite que impone Bergoglio con este tema es la guerrilla. Pero después comparte la búsqueda de un peronismo más clásico con esta idea de sociedad organizada. Es un papa que creció, vivió y sintió mundos distintos de los de Macri. Y además tampoco tenían una empatía personal cuando los dos estaban en Buenos Aires…
José María Poirier, el director de Criterio, la revista católica por excelencia, escribió que Bergoglio está detenido ideológicamente en los años 60. ¿Coincidís?
-El papa Francisco se presenta como un líder antisistema. Es el primer líder mundial del siglo XXI que presenta la cuestión humanitaria en primer plano. Quizás el Papa recoja ideologías sesentistas y setentistas que habían quedado postergadas por el poder mundial. Desde el Mayo francés en adelante, todo ese tipo de ideas fueron derrotadas. Estas ideas también condujeron a la violencia armada. Hoy en día Francisco recoge una tradición que ya empieza a observar Juan Pablo II tras la caída del Muro de Berlín, que consiste en decir: «Como no existe ya una contraparte, hay que tener cuidado de lo que hace el capitalismo con la concentración económica y de poder». Entonces el Papa se ubica en esa posición. En su crítica contra Trump, en su defensa del medioambiente, contra la deforestación y el extractivismo. Sí, es cierto, desde ese punto de vista puede parecer de otra época, pero hay un líder mundial que juega ese rol. Alguna voz tiene que hablar del tráfico y la trata de personas, de los que mueren en el Mediterráneo, de los que caen en las guerras… Es un papa que advierte todo este tipo de cosas y que ningún líder mundial ponía en escena desde 2013 en adelante, ni siquiera Benedicto XVI, que era mucho más doctrinario. Este no es un papa que enfatice los principios doctrinarios de la Iglesia, sino los principios sociales. Que son incómodos para los gobiernos. Para todos. No busca ser confortable en el escenario del poder. Y me parece que esa es su riqueza política y su legado.
Es curioso, porque hoy muchos sectores populares votan a Cambiemos, familias humildes que quieren ir progresando…
-Tampoco el Papa es Aníbal Fernández. No se puso de candidato. Y es real que la figura de María Eugenia Vidal levantó sectores populares. Entonces Pro, en vez de perder por 20 puntos en La Matanza, perdió por 10. Si bien el kirchnerismo tiró plata y asfalto en el conurbano bonaerense, después sus gobiernos fueron malos porque no bajaron las líneas de pobreza. La esperanza de un cambio, básicamente en Vidal y también en Carrió, ayudó a Macri a ser presidente. Creo que hay gente que es de la religiosidad popular o muy cercana al Papa que también votó por Vidal. La cosa no es tan estricta: «Votás a Vidal o te gusta el Papa». De todos modos, ahora me parece que el escenario político cambió y el Gobierno está más ahogado después de su victoria. Admito que Francisco no es una personalidad fácil tampoco. No es un hombre que juega siempre con las mismas piezas. Pero la Argentina es uno de los países en los que su mensaje es menos entendido; muchos lo consideran parte de una facción política del pasado, como podía ser el kirchnerismo. Se olvidan de esto que hemos hablado: el Papa enfrentó durante siete años al kirchnerismo, durante las elecciones de 2015 mantuvo a Cristina a distancia y con saludos fríos en Paraguay y en Cuba. Se olvidan de que no recibió en Roma a Daniel Scioli después de que el entonces gobernador ganó las PASO y la provincia de Buenos Aires se inundó. Scioli viajó especialmente para verlo y sacarse una foto. Creo que Macri tendría que tener más ingenio, más cintura política y más empatía personal para buscar algún tipo de paz con el Vaticano, porque el gobierno argentino no puede tomar al Papa como si fuera Moyano.
 
Fuente: La Nacion