Dólar arriba de $20: quiénes ganan y quiénes pierden con la suba de la divisa

Una variable tan sensible como el dólar para la economía argentina lleva a un cambio de escenario en el plano económico. Inflación, salarios, exportaciones, deuda, economías regionales y hasta el gasto público se modifican para conformar un nuevo panorama en el que hay claros ganadores y perdedores. Al menos, en el corto plazo: el traslado del incremento del tipo de cambio a los precios licúa la ganancia (o pérdida) que inicialmente se pudo haber originado. La divisa subió ayer 27 centavos y cerró en $ 20,22 para la venta según el promedio realizado por el Banco Central. Así, un valor más elevado del tipo de cambio se traduce en una mayor competitividad cambiaria. Pero en el mediano y largo plazo, una vez consolidado el pass through, la presión en la inflación modificará el escenario.
Ganadores
Los principales dentro de este grupo son todos aquellos vinculados con la exportación. «Además de los exportadores, la industria, los sustitutos de importadores, las economía regionales y el agro», enumeró Hernán Hirsh, de FyE Consult.
También Guido Lorenzo, de ACM, identificó dentro de estos a los del sector exportador, aunque advirtió que hay dos factores que pueden traducirse en que no sea todo ganancia. Por un lado «hay un lockout de camiones en Rosario por el que no están saliendo muchos granos; en segundo lugar no está habiendo lluvias y se están perdiendo unas cuantas toneladas de soja, por lo tanto, la cosecha va a ser menor».
Incluyó a las economías regionales, un sector que está siendo monitoreado desde Hacienda, a las que «la ecuación no les estaba cerrando con la apreciación del peso», dijo. «En general venden a un dólar que no era conveniente, entonces la devaluación les puede mejorar bastante la rentabilidad por unidad vendida», describió.
Según su parecer, una política monetaria más laxa del Banco Central no tenía como finalidad una tasa más baja per se, sino que buscaba finalmente tener un dólar más elevado.
Apuntó además a otro rubro «ganador»: cuando hay inflación constante o una aceleración, se va licuando el gasto corriente.
Para Gabriel Zelpo, de Elypsis, «desde la conferencia del 28 de diciembre, a partir de la cual se relajó la política monetaria, se ganó competitividad devaluatativas de inflación».
Gabriel Caamaño Gómez, de Consultora Ledesma, identificó que «en el corto plazo el ganador es el que tenía stock de transables producido o comprado en la previa para vender». No obstante, diferenció de estos a los que empiezan a producir ahora el bien exportable, que tiene impacto de costos del alza del dólar hoy y además tiene un ciclo productivo. «Hay que ver cuánto de este ajuste del tipo de cambio real sigue vigente cuando tenga el producto». En ese sentido, puso de ejemplo a la agricultura extensiva, en la que hay que espera seis meses.
Perdedores
El gran perdedor, coinciden, es el salario. «En un escenario de suba de expectativas de inflación, va a haber un aumento de las demandas salariales. Y esto va a implicar más conflicto social», describió Hirsch.
Para llegar a esto, se espera que el impacto se traslade a los precios y se recaliente la inflación. «A la suba de tarifas hay que agregarle el pasaje a precios de inflación: en el primer semestre será alta y los salarios lo sentirán», acordó Zelpo. En línea con este aspecto, reconoce que se resentirán el turismo y el consumo. Hirsch agregó que en febrero la inflación esperada será mayor al 20%.
Lorenzo añadió otro efecto negativo: el déficit financiero del sector público ya que este año hay pagos de intereses de deuda en moneda extranjera.
Así, más allá de quién se ubique en uno u otro lado en el corto plazo, Caamaño Gómez señaló que en el mediano -largo plazo no habrá ni ganadores ni perdedores: «A la larga es todo nominalidad; el tipo de cambio real y su dinámica de este equilibrio macro de transición está mucho más determinado por el frente fiscal que por el monetario. El monetario puede jugar con los tiempos de corto plazo y las formas de la dinámica. No mucho más y no es gratis».
FUENTE: El Cronista